El cine de evasión de serie B es uno de aquellos subterfugios donde alguien empieza a sentir amor por el cine viéndolo desde sus disciplinas más técnico-narrativas. Un cine explícito y dinámico, formalmente absorbente y siempre con un punto de partida - de guión - superior a sus posibilidades (económicas). Toda la saga de James Bond, especialmente la enmarcada en los años 70 o la ciencia ficción más árida y estimulante como la de El planeta de los simios (Planet of the apes, 1968) o El último hombre... vivo (The omega man, 1971), son ejemplos de un cine comercial, estimulante y a la vez - de escondidas - vanguardista. Vanguardista por la posibilidad de serlo en el momento que la producción de estos films eran de mínimos en relación con las grandes superproducciones. Christopher Nolan ha logrado aunar ese espíritu y esa mentalidad para plantear un entretenimiento desde los cimientos más firmes de las superproducciones mainstream.
Fotograma de Origen
Si en El caballero oscuro (The Dark kgnith, 2008) Nolan ya planteaba un giro en el cine comercial mediante el cine de superhéroes, un giro cargado de exceso de pretensiones entre la brillantez y lo narración desestructurada, con Origen (Inception, 2010) desvía un poco las ansias de transformar y reinventar hacia el espectáculo que siempre había sido de autor, el de la serie B, pero con una logística y una producción de 160 milliones de dolares que le permite lograr una evasión que podría llamarse "de lujo".
Quizá se nos vende un desbordamiento de genialidad en una propuesta que no llega a serlo, nunca se explota el film hacia donde uno podría (no) imaginarse, la premisa es demasiado atractiva, ladrones en el mundo de los sueños, y durante la introducción del film hay tanta especulación que puede uno sentirse defraudado, en mi caso no fue así. Es en esa austeridad buscada que tiene Origen la que permite a Nolan mantener al espectador enganchado los 150 minutos de metraje en un juego de laberintos, no espaciales como se nos dice, sino temporales, y con un bloque final interminable, no confundir con agotador porque es deleitoso, donde un clímax es explotado y estirado hasta los 30 minutos.
Fotograma de Origen
La guinda la pone la hermana gemela de Shutter Island (2010) protagoniza también por DiCaprio, una subtrama sobre el fondo en cuestión de la psicología de su protagonista que añade al film una perspectiva ético-moral a las peripecias de acción que rebosan en el film.
Un dato más. El disfrute en su plenitud del casting de la película, un conjunto de actores jóvenes, todos ellos ya bien situados en Hollywood, que dan aire fresco a las caras e interpretaciones del cine estadounidense actual.
Fernando Pomares
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