Con cinco películas - una aún por concluir- y una serie de televisión ya de culto, Paranoia Agent (Mousou dairinin, 2004), nos deja prematuramente el cineasta de animación Satoshi Kon (1963-2010), quien falleció ayer a los 46 años a causa de un cáncer de páncreas.
El gran Satoshi Kon
Satoshi Kon es un cineasta con una mirada personal que desarrolló una nueva corriente dentro del universo del anime, con un vínculo estrecho con la productora de animación Mad House Ltd. Su narrativa pausada, más cercana a los planteamientos estéticos neofuturistas de Mamuro Oshii, director de Ghost in the shell (Kokaku kidotai, 1995), que de la poética fantástica del maestro Miyazaki, El viaje de Chihiro (Sen to Chihiro, 2001), proporcionó al cine de animación japonés una nueva tipología de drama y ciencia ficción cargada de costumbrismo y naturalismo, mucho más cercano y accesible para el espectador que las ideas ciberpunk de Oshii.
Encontramos en su filmografía obras tan importantes como su opera prima Perfect Blue (1998) o la maestra Paprika (Papurika, 2006), donde se ve claramente el interés del cineasta en crear juegos de espejos entro lo real y lo ficticio; dicho enfrentamiento entre los dos universos le permite reflejar un estado psicológico en forma de laberinto que confunde a sus protagonistas y les obliga a encontrarse con sus miedos y deseos. En el caso de Paprika, ahora tan de moda el mundo de los sueños por Origen (Inception, 2010) de Nolan, decir que el film estadounidense bebe sumamente de la joya del animador japonés. Es quizá Paprika su mejor película, aunque es cuestionable si se tiene en cuenta la deliciosa película Tokyo Godfathers (2003), drama agridulce en formato de cuento navideño sobre tres vagabundos con un bebé abandonado. El ritmo de la película, la naturalidad, los diálogos suaves e inteligentes, el uso de la banda sonora, el montaje, la interpretación de los personajes animados... todo hace de Tokyo Godfathers una obra única del mundo del anime, una película que plasma realidad en cada fotograma usando los recursos de animación con suma brillantez.
Paprika, la heroína de los sueños
La tristeza esta mañana al enterarme de su muerte - no solo por la juventud del cineasta - me dejaba extrañamente desamparado ante lo que asumía como una cita en la futura historia del cine, un conjunto de estrenos y grandes películas que deseaba con ilusión y que ya no se producirán. Estaré a la espera de su última película aún no finalizada The Dreaming Machine (Yume miru kikai, 2010) sobre las aventuras de unos robots. En esta nueva propuesta parecía que Satoshi Kon había dado un pequeño vuelco en su cinematografía ya anunciado en el mundo onírico de Paprika, y que en este The Dreaming Machine - especulando - acentuaría más, incluso pareciendo un homenaje al mestro Tezuka.
Os recomiendo, aquellos que queréis al cine, que os acerquéis a este excelente cineasta. Toda su obra se encuentra editada en nuestro país en DVD, y aunque no todas sus películas son del mismo fácil consumo (como lo son Paranoia Agent, Paprika, o Tokyo Godfathers) es una figura a tener cercana, tanto en nuestro recuerdo como en nuestro presente.
Fernando Pomares
Paranoia Agent estuvo muy bien. Recuerdo que la vi en una tarde toda seguida. El episodio en el que los protagonistas eran tres fantasmas me parecio brutal.
ResponderEliminarTengo Paprika en el ordenador, ya la vere con la ocasion.
Paprika fue muy citada en el estreno de Inception, como contraejemplo por los que no gustaban la de Nolan. Lastima de perdida.
ResponderEliminarP.D: Ya vuelve la actividad festivalera. Ahora Venecia y Toronto.
¡Joder, qué desgracia! Como bien dices, una gran pérdida para todo aquel que ame el cine.
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