Que no es quepa la menor duda si os digo que el mejor estreno navideño, y uno de los mejores del año, es la filtración milagrosa en nuestra aburrida cartelera nacional de Aventuras en el desván (Na pude aneb Kdo má dneska narozeniny?, 2009) del maestro de la animación checa Jiri Barta. Es la demostración que Los reyes magos deambulan por ahí y aún queda algo de mágico en estas fechas. Y aunque sea en versión doblada, el poder acceder a ella por parte del público (accidental o consciente) es un regalo de una magnitud que no debería pasar desapercibido.
La voz revolucionaria de la libertad
La obra de Barta es de una autoconsciencia digna de uno de los maestros de la animación contemporánea. El uso de la técnica stop motion en un grado de artesanía que recupera toda una tradición lleva al espectador a un tiempo ambiguo que creía que solo podría recuperar en los dvd de historia de clásicos de la animación. Cada gesto, cada elemento, cada detalle en el que define a los personajes, evocan en el film un sentido del medio, una reflexión llevada a la práctica y donde ningún concesión alejará a su autor del proceso de transmitir. Por ello hay una constante en la poética de Aventuras en el desván, esa reinvención de lo cotidiano desde una mirada nostálgica, esa utilización de todo aquello que quizá hizo de Barta un niño - y por lo tanto un hombre - y que ahora aparece en este universo de desván en formato cuento de aventuras.
Pero no solo en la poética (en esta precisa poética) hallamos las virtudes del film. En Barta, como su tradición exige, la animación es un medio político. Dentro de las películas que he visto no llego a recordar una obra tan enfocada a la profundización de la materia política destinada a un público infantil. Está claro que hay cine-doctrina, y que en Dumbo (1941) encontramos resquicios de brocha gorda sobre una mentalidad política, o incluso en El gigante de hierro (The Iron Giant, 1999) hay una clara crítica al sistema americano de la guerra fría. Pero todo ello no deja de ser, en algunos casos manipulador, y en otros secundario. En Aventuras en el desván todos los elementos narran, dentro de un orden trascendental, posturas ante una situación social en un marco político, y enfocar con tanta madurez, y tanta inocencia (en su mirada), tales ideas para un público que no tiene ni una idea clara del concepto poder, es ante todo valiente, y en el caso y resultado de Barta, magistral.
Una muñeca como concepto de La Belleza
Observen la importancia en que Barta nos muestra los momentos donde los personajes toman decisiones, como el hecho de dar un paso es un hecho remarcable, como el celebrar un aniversario diario da un sentido de vida, o como, en su desenlace, la expresión "empezamos de cero" tiene una carga social. Porque aventuras en el desván es la humano ante la represión, el individuo ante las adversidades, el grupo ante la desaparición del grupo. Una dictadura y su sociedad.
Aventuras en el desván es una obra maestra.
Fernando Pomares
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